Pueblos con encanto
Ocho pequeños nucleos con un encanto especial
La Vall de Boí está formada por 8 pequeños núcleos de población, todos ellos con un encanto especial. Se trata de pequeños pueblos de montaña con calles adoquinadas, casas de piedra, madera y tejados de pizarra, elementos constructivos de nuestro entorno más próximo. Las calles adoquinadas, estrechas y algunas bien empinadas se llenan de flores en primavera y verano, y de nieve en inverno, haciendo disfrutar a los más pequeños.
El encanto de nuestros pueblos empieza por el atractivo estético y arquitectónico. Han conservado la tipología medieval, con núcleos antiguos auténticos, que salvaguardan la esencia original con elementos decorativos y diseños típicamente locales. Pero además, preservan el entorno natural que los rodea, tanto en el fondo de valle con prados alrededor del río, como los pueblos más elevados que se convierten en miradores excelentes del paisaje que los rodea.
Excepto Barruera, que se sitúa en el margen derecho del río Noguera de Tor, todos los pueblos de la Vall de Boí están situados sobre terrazas naturales alzadas en el pendiente de la montaña.
Antiguamente, la tipología de los edificios se basaba en una construcción que alojaba en la planta baja el establo para los animales y los almacenes de la hierba y de la paja. Desde una era se accedía a la vivienda familiar de dos o más pisos, el último de los cuales se dedicaba a almacén y constituía un auténtico cojín climático para protegerse de las inclemencias del tiempo. Hoy en día todavía se conservan y muchas de las casas que se han adaptado a viviendas turísticas rurales han conservado la estructura original.